Varios años enmudecida, una de las torres de reloj más emblemáticas de la
región vuelve a marcar el ritmo de los ciudadanos de Huete. La Asociación
Cultural Ciudad de Huete ha conseguido la cesión temporal del inmueble por
parte del Ayuntamiento y ha iniciado un expediente de subvención en el CEDER
Alcarria Conquense.
Realizados
esos trámites, la Asociación ha contactado con un campanero profesional para
instalar un electro-mazo nuevo y realizar los ajustes necesarios para la sujeción
de la campana. También se ha separado de la campana el mazo antiguo, que no
permitía la correcta vibración de la campana, apagando su sonoridad.
La
campana tiene 88 centímetros de diámetro y está afinada en la nota musical sol.
En las operaciones realizadas, se ha comprobado que, aunque la campana tiene
una inscripción con letras góticas, no es tan antigua como se creía. Fue
fundida en el año 1810, poco después de terminar la construcción de la torre. Ha
sido difícil de averiguar la fecha porque en la inscripción se alternan los
números con diferentes símbolos. En la inscripción también se recoge el nombre
de la campana, que se llama “Jesús, María y José”. Por otro lado, bajo la
inscripción hay una serie de relieves en los que aparecen, entre otros, San
Jorge matando al dragón y la Virgen acogiendo almas.
Huete
tuvo reloj municipal desde la Edad Media, primero en el torreón de muralla de
la cuesta del Mercado y desde el siglo XVII en el lugar actual. La torre del
siglo XVII estaba en ruinas a mediados del siglo XVIII y el Ayuntamiento se
decidió a construir una nueva.
La
torre actual fue diseñada por Fernando López, arquitecto de la ciudad de Cuenca
(Francisco de Toledo fue el constructor). Este artista
visita Huete en 1794, examinó la torre vieja y dijo que “está demolida la
mayor parte”, por lo que consideró “indespensable construir nueva torre
con la seguridad y permanencia que requiere, y en el propio sitio que primero estuvo colocado el relox,
que es en la plaza publica contiguo a las casas consistoriales y calle que
tiene el mejor aspecto de la población para lo cual formara plano,
alzado, perfil y condiciones con el taso de su costo y todo lo entregara
a su devido tiempo luego que lo forme en dicha ciudad de Cuenca, donde
para este fin se regresa”. Para el 20 de enero de 1795 ya tenía
terminado el proyecto.
El coste de la construcción de
la torre fue 45.259 reales, sin contar la maquinaria y la campana. Sin duda, la
torre del Reloj de Huete es una obra magistral de este periodo de transición
entre el Barroco y el Neoclasicismo. Por un lado, incorpora elementos
académicos como los frontones triangulares, al tiempo que se elimina cualquier
tipo de ornato innecesario. Sin embargo, todavía pervive la esencia del Barroco
tardío en su estructura cóncavo-convexa, muy utilizada en este periodo en
balcones de palacios como el de los Chacón o en el monasterio de la Merced.
Desde la Asociación Cultural
Ciudad de Huete se está planteando la posibilidad de acometer una intervención
integral en la torre, siempre dependiendo de la resolución favorable del
expediente solicitado al CEDER.
El toque de campanas será puesto en marcha desde el día 17 de septiembre, con un horario de toques diario de 8:00 a 24:00 horas, con el fin de cumplir con la normativa. Las horas en punto serán repetidas como lo hacía antiguamente, tocando una única campanada en las medias.
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